El término Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) hace referencia a una manera de producir y procesar los productos agropecuarios, de modo que los procesos de siembra, cosecha y pos-cosecha de los cultivos cumplan con los requerimientos necesarios para una producción sana, segura y amigable con el ambiente.
Así, las Buenas Prácticas Agropecuarias:
Si bien los fitosanitarios no son inocuos para la salud humana ni para el ambiente, su peligrosidad varía de acuerdo con su grado de toxicidad y la formulación. En este sentido, el riesgo asociado a su uso depende de las dosis utilizadas, las mezclas, las condiciones climáticas, el tipo y estado del equipo de aplicación, y la forma y el grado de exposición. Por lo tanto, su uso responsable es indispensable para prevenir los posibles daños derivados de su uso y manejo.
Las CAMAS BIOLÓGICAS son parte de la iniciativa de mitigación de riesgos enmarcada en las BPAs, conocelas!
El URF hace referencia a una serie de normas y consejos para la correcta utilización de productos fitosanitarios, desde el cálculo de la cantidad a aplicar, pasando por la seguridad del personal aplicador, hasta el lavado de envases.
El manejo responsable de los fitosanitarios implica entre otras cosas:
Los productos fitosanitarios no son inocuos, por eso deben ser utilizados de manera responsable y solamente para el fin que fueron creados: proteger los cultivos de plagas, malezas y enfermedades para poder producir alimentos en cantidad y calidad.
Fuente: “Uso Responsable de Productos Fitosanitarios” – CASAFE
Para más información consultá el “Manual de Uso Responsable de Fitosanitarios” (CASAFE)
LAS CAMAS BIOLÓGICAS HABILITAN UNA ZONA SEGURA PARA EL LLENADO Y LAVADO DE LA PULVERIZADORA, Y UNA SOLUCIÓN DEFINITIVA PARA LOS RESIDUOS FITOSANITARIOS. CONOCELAS ACÁ!
El uso de productos fitosanitarios trae aparejados riesgos, los cuales se minimizan mediante la implementación de las Buenas Prácticas Agrícolas (BPA), más específicamente, con el Uso Responsable de Fitosanitarios (URF).
El riesgo de los productos fitosanitarios se mide por el nivel de toxicidad de los mismos y el nivel de exposición a tales sustancias. Su uso incorrecto produce contaminaciones puntuales en el suelo, y daños toxicológicos en los alrededores, pudiendo llegar a afectar a las poblaciones cercanas mediante la contaminación de las aguas superficiales y subsuperficiales, entre otros.
Las CAMAS BIOLÓGICAS, así como otras disposiciones enmarcadas dentro de las BPAs y el URF, actúan sobre el parámetro de EXPOSICIÓN de los productos fitosanitarios para reducirlo al mínimo, independientemente del valor de riesgo TOXICOLÓGICO. Por ejemplo, establecen el modo correcto de actuar a la hora de la carga de los equipos pulverizadores para evitar derrames y/o desbordamientos; así como el manejo de los líquidos residuales luego de la carga, aplicación y/o lavado de la maquinaria.
La elección de los diferentes materiales depende de la disponibilidad y el tipo de insumos presentes en la región en que se desea ubicar la Cama Biológica:
Habitualmente se utiliza rastrojo de trigo, pero también puede utilizarse: rastrojo de maíz, residuos de girasol, viruta y otros residuos agroindustriales
Suelo de la capa arable (0-20 cm) del propio establecimiento con historial de aplicaciones de fitosanitarios.
Compostajes de residuos agropecuarios como: feed lot, cama de pollos y otros residuos pecuarios. Las diferencias radican mayormente en el pH que se logra con cada uno.
Dentro de la biomezcla existe una gran diversidad de microorganismos que contribuyen a la degradación de los fitosanitarios. Entre ellos, los hongos de la pudrición blanca ocupan un rol central. Estos hongos liberan un grupo de enzimas denominadas fenoloxidasas para degradar la lignina y así poder acceder a la celulosa y hemicelulosa, que son su verdadero alimento.
Las fenoloxidasas poseen una especificidad de sustrato muy baja, por lo cual, pueden degradar una amplia gama de moléculas complejas. De esta manera, podemos utilizarlas en las camas biológicas para degradar los residuos de diversos tipos de fitosanitarios.
La edad activa de una cama biológica depende de varios factores, sobre todo de la temperatura ambiental en la zona agroecológica en la que se ubique, y de su correcta utilización.
A grandes rasgos, se puede calcular un mínimo de 3 años, pudiendo llegar a 5 si el manejo de las mismas es preciso y cuidadoso. Para ello, es recomendable remover la biomezcla y rellenar con nueva biomezcla, allí donde el material vegetal fue consumido.
Una vez que todo el material vegetal es consumido por la biomezcla, se debe retirar todo el contenido y generar una nueva biomezcla. El resultado de la cama biológica original, debe compostarse entre 8 meses y 1 año y pasar por evaluaciones toxicológicas, para asegurar la inocuidad de la biomezcla. Según la norma IRAM 29.561/2020, una vez compostada y toxicológicamente segura, la biomezcla original puede repartirse en el campo en pequeñas cantidades.
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Nuestras propuestas personalizadas permiten agregar valor a los productores agropecuarios, convirtiéndose en referentes de responsabilidad social y medioambiental.
Ante el impacto ambiental que genera una inadecuada gestión de los residuos fitosanitarios, nuestras propuestas personalizadas permiten agregar valor a los productores agropecuarios, convirtiéndose en referentes de responsabilidad social y medioambiental.